martes, 19 de mayo de 2009

Levantarme del suelo


Hoy día me faltan justamente 70 días para mi cirugía y espero con tranquilidad. Sigo poniendo orden en mi vida.
Hoy una linda amiga llamada Marisa me escribió de Monterrey y me comentó sobre un accidente que tuvo, una caída.
Me hizo recordar un triste episodio de mi vida que hoy quiero compartir.
Ocurrió hace más o menos un año, salí de bañarme y entré a mi habitación lista para terminar de arreglarme, era un sábado y me encontraba sola.
Mi esposo estaba trabajando y al llevar las sandalias mojadas me resbalé y caí cuan larga y pesada soy. Quedé ahí tirada junto a la cama.
Desde hace años por otra caída que tuve se me desarrollaron dos hernias de disco en la espalda, mismas que se han ido agravando con el peso al correr de los años.
Esa mañana que me caí me dolía todo mi cuerpo, el dolor en mi espalda era insoportable y mis rodillas dolían también.
Afortunadamente no hubo consecuencias graves, es decir no me rompí ningún hueso.
Pero me pasó algo más doloroso y sobre todo vergonzoso.
Me quedé ahí tirada casi dos horas... en la frialdad del piso y solo con una bata de baño encima. No podía levantarme, no podía ponerme de pie.
Fue terrible, primero pasé del dolor al pánico. Por más esfuerzos que hacía mi cuerpo era incapaz de responder.
Me eché a llorar como una Magdalena y me reprochaba a mí misma cómo era posible que terminara en algo así!
Lloré tanto que me quedé dormida en el suelo porque no me pude levantar. Me hice esa mañana la promesa de que esto no podía volverlo a pasar. Que tenía que hacer algo por mi...
Luego de dos horas llegó mi esposo, me encontró ahí y pensó que estaba muerta!
Yo ni siquiera oí cuando entró, hacía frio y casi me da hipotermia, dice que tenía los labios morados y tardé en despertar.
Se asustó muchísimo y cuando yo abrí los ojos solo recuerdo su rostro bañado en lágrimas de angustia.
Me abrazó fuerte y me preguntó que había pasado, le dije que me había caido hacía horas y trató de levantarme, pero no pudo, me sentí todavía peor.
Me sentía muy lastimada no solo en el cuerpo, también en el alma.
Entonces él acercó una silla para que me apoyara en ella y con mucho esfuerzo me ayudó y por fin me puse en pie.
Quería llamar a un médico pero yo solo quería descansar. Me tomé una pastilla y me arropé bien, ya no salí en todo el día.
Estuve deprimida varios días luego de ese episodio.
Ese día me prometí que recuperaría mi cuerpo, mi vida... la promesa quedó olvidada en cuanto se me pasó el dolor...
Pero ahora la retomo, no volveré a caer y a quedarme ahí... tengo que salir adelante!
Se que puedo y esta vez tengo todo para hacerlo. Mi cirugía será como aquella silla que mi esposo acercó para apoyarme y con él de la mano puedo con lo que sea.

Dicen que lo importante no son las veces que caes... sino que sepas levantarte.

Abrazos para todos y gracias a los que me escriben.

Ana Paty

anapaty74@hotmail.com

1 comentario:

  1. Amiga, compartir esos episodios tan fuertes de tu vida, me hacen apreciar aún más tu gran decisión de salir a reclamar tu vida como yo he hecho con la mía. Nunca te faltará esa silla de apoyo, y lo que es mejor, dentro de poco, no la necesitarás más. Un abrazo comprensivo y acogedor para tí.

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